viernes, 14 de marzo de 2014

¿CUÁL ENCUENTRO Y QUÉ EQUILIBRIO?


A lo largo del infinito proceso político que nos agobia, he mantenido una actitud participacionista y democrática. Es decir que he insistido constantemente en la utilización del voto como herramienta de cambio y he enfrentado a los interneteros y políticos radicales defensores del tránsito por calles ciegas como el 350, la desobediencia civil y otras simplezas.

Pero resulta que ahora que Chávez ha muerto, que la oposición es mayoría demostrada y que el gobierno está empantanado en una marisma de ineficacia, corrupción y radicalismos gorilezcos, surge el tema del ENCUENTRO entre los dos toletes de país y del EQUILIBRIO comunicacional que colabore con esa nueva unidad nacional.

Yo entiendo que la situación política es delicada, que un país polarizado al extremo como el nuestro puede abrir paso a violencias incontrolables que adverso. También he combatido los desvaríos guerreristas.

Por ello encuentro comprensible la necesidad de que los dirigentes democráticos dialoguen con los del oficialismo, por lo menos para mantener un mínimo de sensatez en el discurso, para disminuir el stress de la población y para que no les sigan cayendo a coñazos.

También considero fundamental la comunicación con las bases chavistas hoy en proceso de desencanto y futuros votantes nuestros.

Pero nadie debe llamarse al engaño en cuanto a que los mismos dirigentes del gobierno que durante todos estos años nos han tenido sometidos a una perpetua mentada de madre, hoy van a cambiar por arte de magia. Así como su objetivo es acabar con la democracia en nombre de la participación y con la libertad en nombre de la justicia, seguirán promoviendo la guerra en nombre de la paz. Y lo que es peor echándonos la culpa a nosotros, asquerosos gusanos escuálidos.

En el colmo del cinismo sostienen que NOSOTROS debemos equilibrar el discurso. Yo sé que en nuestras filas hay más de un demente que expresa su violencia a través del teclado. En todo caso el que diga disparates los dice como ciudadano común pero esa NO ES la política de la oposición democrática. Simplemente oigan al candidato Capriles y vean los programas de Globovisión grabados durante todos estos años.

Después recuerden el discurso violento de Chávez y oigan el de Maduro cuando no se disfraza de pacifista demócrata. Y el de cualquier militante del PSUV que tenga un poquitico de poder. O el del energúmeno de La Hojilla. Ellos han sido y son gobierno, no ciudadanos comunes. Ellos cuentan detrás de sí con la violencia armada de sus ejércitos legales e ilegales y con todo el poder del Estado. Sus amenazas son amenazas del Estado contra los ciudadanos, repetidas constantemente en todos los medios del gigantesco aparato propagandístico estatal.

De manera que si realmente se desea equilibrar el discurso, no empiecen por amordazar de a poquito a Globovisión, el único canal de TV que nos representa, como ya lo han hecho, mediante acuerdos forzados y amenazas explícitas, con las emisoras de radio y canales que se han visto obligados a cambiar su perfil de opinión.

Cambien el lenguaje, dejen de nombrarnos como la derecha apátrida, no manipulen, no mientan y permitan que la oposición tenga los mismos espacios que Uds. en la red de medios públicos y en todas las radios comunitarias que como herramienta de perpetuación han sembrado a lo largo ancho del país. Es lo menos que podemos pedir.



Germán Cabrera. 10 de mayo de 20013



German_cabrera_t@yahoo.es

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