viernes, 14 de marzo de 2014

EL UNICO ANTÍDOTO



Las serpientes ponzoñosas más comunes en las zonas montañosas venezolanas pertenecen a la familia Bothrops.

Popularmente se les conoce con los nombres de Tigra Mariposa, Mapanare, Macagua, Terciopelo, Cuatro narices, Rabo Candela entre otros.

Su veneno es producido por glándulas ubicadas en la base de los colmillos, que son huecos como agujas hipodérmicas. Cuando el animal muerde, el colmillo presiona la glándula, la ponzoña corre por su interior y es inoculada eficazmente a la víctima.

La mordedura de un animal de este tipo representa un accidente muy grave ya que el veneno tiene propiedades necróticas, proteolíticas y neurotóxicas.

Los objetivos primordiales de la toxina son inmovilizar a la presa para deglutirla y facilitar la digestión subsiguiente.

El único antídoto realmente eficaz para contrarrestar sus efectos es la utilización del suero antibothrópico que debe ser aplicado en cantidades apropiadas.

Así que si a Ud. lo muerde una culebra ponzoñosa no se ponga a inventar con ensalmos, con rezos, con kerosén, ni con cócteles de caña clara con alacranes, arañas monas y víboras de dos cabezas. Si Ud. opta por alguno de estos métodos se va a morir.




Al ciudadano venezolano le está pasando algo similar que al picado de culebra.

Un gobierno autodenominado revolucionario que finge actitudes y adopta lenguajes oportunistas para engañar a las izquierdas estúpidas (como dice mi amigo Demetrio Boersner) ha clavado los colmillos en su humanidad y le ha inyectado una ponzoña letal con el objetivo de inmovilizarlo, deglutirlo y digerirlo fácilmente.

Ese veneno es un cóctel vomitivo y letal de necrofilia histórica, cursilería comunicacional, dádivas petroleras, fidelismo de etapa oral, populismo cristiano, corrupción entronizada, Evi-peronismo momificado, marxismo-leninismo-apostólico-romano, guevarismo luterano, maoísmo animista, islamismo feminista, malversación evangélica, sindicalismo antiobrero, ineficacia glorificada, machismo cuartelero, ignorancia explotada, hipocresía jaculatoria, mediocridad alabada, pobreza manipulada, fascio-comunismo consumista, indigenismo posmoderno, guerrillerismo oficial, militarismo litúrgico, patrioterismo imperialista, violencia piadosa, armamentismo pacifista, latrocinio devocional, exclusión abanderada, justicia prostituida, violación discursiva, electoralismo abusivo, indignidad uniformada, amor ultrajante e infinidad de otros tóxicos del mismo tenor.

El único antídoto realmente eficaz y probado para neutralizar los efectos de esta combinación de venenos es el voto universal y secreto.

Así que si Ud. realmente desea salvar la vida a este país sea responsable y no se ponga a inventar ridiculeces como ir a las autopistas hasta que el régimen caiga, o invocar el 350, o abstenerse para deslegitimar al proceso, o exigir el cambio de árbitro, o descalificar al candidato y a la unidad, o argumentar cansancio y aburrimiento o hacerse el loco porque el rollo no es con Ud.

Si asumimos esa actitud inmadura y egoísta, el veneno nos inmoviliza y la serpiente roja nos deglute. Sería criminal que se repitiese el desastre abstencionista de la elección de gobernadores, igualemos y aumentemos el número de votos de las presidenciales. La culebra ya tiene los colmillos quebrados.

¡A votar el 14 de Abril!

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